Más de 1,4 millones de trabajadores migrantes, 400.000 de ellos de Nepal, trabajan en la construcción de hoteles, autopistas, aeropuertos y estadios que albergarán el primer Mundial de Fútbol en Oriente Medio. Qatar invertirá casi 150.000 millones de euros en proyectos de construcción y contratará 500.000 trabajadores adicionales para finalizarlos. Tras el fallecimiento de nueve trabajadores durante los dos últimos mundiales, la Confederación Sindical Internacional (ITUC) ha advertido de que los abusos que sufren los obreros en Qatar podrían causar la muerte de 4.000 personas antes de 2022.
En Qatar ya son al menos 672 los trabajadores nepalíes que han muerto durante los últimos cinco años en un país donde los sindicatos están prohibidos y no existe el salario mínimo. De hecho, muchos de ellos se han convertido en esclavos en los lugares de las obras, trabajando bajo el sol abrasador del desierto, sin ningún tipo de experiencia, con sus pasaportes retenidos y unas condiciones de vida que no se corresponden con la clase de trabajo ni con los salarios que al principio les habían prometido. A pesar de que Qatar ha sido duramente criticado por maltratar a los trabajadores extranjeros, los constantes abusos, los engaños y las deudas en que se ven envueltos estos trabajadores a menudo empiezan en su propio país. La historia de Tamang es solamente un ejemplo de este fenómeno.
Cada día llegan al Aeropuerto Internacional Tribhuvan de Katmandú un promedio de dos trabajadores muertos.
